La madrugada es el tiempo baldío
horas huérfanas
sin fecha
ni voz.
La madrugada no contiene historia
nadie escribe en ella
y nada hay en su haber.
Por unas horas la vida se duerme:
Los insomnes caen vencidos
Los pájaros no se internan en el cielo
Los perros callan
y todo queda silencioso;
como al principio,
cuando la Tierra era joven
y la vida no hacía mella en la roca
ni remontaba el cielo
ni nadaba a través del sordo batir de las aguas.
Sólo la nada
el paisaje mudo
la luna ciega
el alma ausente
el silencio
Pero esto
no dura mucho:
apenas unas horas,
y la vida
reclama de nuevo su potestad.
La golondrina vuelve de sus sueños,
La fábrica y el auto despiertan
y el mundo comienza hablar
en la misma lengua confusa
de siempre.
Bienaventurados
los primeros
en abrir los ojos
porque en vida
conocerán la calma.
Eduardo Rodríguez Flores
martes, 26 de mayo de 2009
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1 comentario:
Lalito, al leerlo me recuerdo de largas caminatas. Cuándo será la próxima? Ya me deben las montañas de Salt Lake.
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