viernes, 14 de enero de 2011

Un sueño es una persona astuta



En esta ocasión, transcribo para ustedes, mis amables lectores, una forma sencilla de hacer realidad los sueños eróticos. La extraodinaria receta fue recogida durante los años treinta por el antropólogo británico E.E. Evans-Pritchard durante su trabajo de campo entre los azande, habitantes de una extensa llanura en el país de Sudán, en la cuenca meridional del río Nilo.


"Un individuo sueña que tiene relaciones sexuales con una mujer. Esto predice una relación amorosa con éxito, y si quien sueña reconoce a la muchacha con la que está teniendo la relación, hace todo lo posible por hacer realidad el sueño. De hecho, los sueños que se desean especialmente convertir en realidad tratan del contacto sexual, las aves comestibles, el matrimonio, las termitas tostadas y los animales alanceados.

Un hombre tiene un sueño sobre una mujer, con la que previamente no ha tenido relaciones, sueña que ha copulado con ella. Despierta de este sueño, despierta de dormir y se da la vuelta en la cama, de tal forma que la cabeza repose donde han reposado los pies al extremo de la cama, y se tumba a dormir tranquilo. Cuando está a punto de levantarse, al romper el día, medita sobre el sueño que ha tenido. Cuando se vuelve en la cama y duerme con los pies en la cabecera, entonces la mujer con la que ha soñado comienza por su parte a soñar que se acuesta con él.

Cuando el hombre se pasea ve a esta mujer y, puesto que le gustaba desde antes, comienza a solicitarla y ella acepta sus proposiciones y él consigue copular con ella. Se sientan juntos, coquetean y él le dice: 'Hermana mía, el sueño decía realmente la verdad pues soñé que estaba contigo y ahora recuerdo lo que ocurría en el sueño'. Ella le dice: 'Un sueño es una persona astuta. Yo también tuve mi sueño. Me dije que mi sueño se burlaba de mí, pero decía la verdad. Igual que tú tuviste tu sueño, yo tuve el mío igual que ese del que tú hablas'".

Evans-Pritchard, E. E. Brujería, magia y oráculos entre los azande. Ed. Anagrama, Barcelona, 1997, pág. 353.
Imagen: "Hombres azande", de Richard Buchta

3 comentarios:

Dámaso Pérez dijo...

me encantó este texto, gracias amable escritor
mira este:

http://fluta.blogspot.com/

Babilonia chilanga dijo...

Sí, es increíble. Desde hace mucho quería dar a conocer este texto. Muchas gracias por seguirme, J. Es un honor.

Babilonia chilanga dijo...
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