Hace unos años leí en la sección cultural del periódico un haikú japonés, hermoso por su sencillez, sus imágenes y lo que yo llamo su “jiribilla” poética. Con el tiempo olvidé buena parte de las palabras que lo componían, aunque conservé en mi memoria la idea principal del poema. Varias veces traté de recordarlo, infructuosamente, pero ayer volvió de golpe en virtud de una señal misteriosa. Probablemente no sean las palabras exactas; sin embargo la esencia permanece intacta. Lo transcribo y presento como quien presenta los frutos de la cosecha.
"Las hijas del señor feudal recogen cerezos en el bosque
Un samurái puede vencer a diez hombres con su espada
Pero ellas pueden traspasar a todo un ejército con sus ojos"
"Las hijas del señor feudal recogen cerezos en el bosque
Un samurái puede vencer a diez hombres con su espada
Pero ellas pueden traspasar a todo un ejército con sus ojos"
1 comentario:
Uf!
esos japoneses sí que saben cómo gastárselas...
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