La noche profunda me encuentra despierto.
No es la noche serena que cuida mis sueños:
es la noche honda, mi corazón negro.
Es una estela blanca, eres tú en el espejo;
la noche allá afuera
y el diablo aquí dentro.
Y tú tan cercana,
y yo tan hambriento.
Afuera la noche conspira en secreto,
un duelo de fieras
desgarra mi pecho.
Mis ganas desnudas frente a tu espejo,
la fruta sabrosa que cae de tu cielo;
un ave que vuela en pos de tu cuerpo,
un lobo que sueña con desgranar tu misterio.
jueves, 6 de mayo de 2010
La noche profunda
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2 comentarios:
Un poema logrado. Algo, querido Eduardo, que suele derivar de la afortunada conjunción del trabajo y la inspiración.
Muchas gracias Toño. Es un gusto enorme hallar respuesta a nuestra solitaria labor de blogueros.
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