Pobres muertos desterrados
a quienes no se les permite regresar:
ya no son de este mundo,
sólo pueden susurrar cuando todos duermen
y pasear su sombra por los corredores de la casa
Pobres muertos,
que se confunden con el polvo del camino,
que lloran a sus vivos,
y los siguen a todas partes,
tristes y temerosos
de ser vistos.
Pobres muertos,
hambrientos y celosos
de la luz;
cuervos tenebrosos
que alguna vez
tuvieron rostro
y voz
para remontar el tiempo
y sus auroras.
Pobres muertos,
legión muda
que sin querer da miedo
pobre nada incomprensible
incapaz de olvidar
lo que eran la vida y el amor.
Pobres muertos
que un día, sin darse cuenta,
morirán de nuevo
y para siempre,
cuando nadie les llore
ni recuerde,
y sean sólo un montón de
palabras rancias
que nadie se acercará a leer.
martes, 14 de julio de 2009
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